Fundamento Escuela de Arquitectura

El Taller de Arquitectura y las Cuatro Estructuras Profundas

En el ámbito en la formulación teórica y con relación a la enseñanza de la arquitectura el fundamento de la escuela de arquitectura está organizado desde los planteamientos de Hillier[1] recogidos por Broadbent [2], desarrollados y adaptados por la fundadora y primera Decano la Arquitecta Ángela Schweitzer Lopetegui.

Las cuatro estructuras profundas [Cobijo, Recurso, Lenguaje y Contexto] han sustentado y definido la identidad docente de esta escuela por más de 20 años, la que ha recibido el aporte de una distinguida nómina de académicos permanentes e invitados.

El sentido de pertenencia al territorio o lugar de residencia, dan origen y configuran la identidad de ésta Escuela de Arquitectura. En el ámbito de su territorialidad y residencia los principios originarios de la escuela están íntimamente ligados a la condición que determina el desierto, como nuestro lugar.

a. De la condición en que nos pone el territorio

El Norte de Chile es una región denotada social y geográficamente dentro del paisaje nacional que en términos generales, necesitaría ser estudiada desde la perspectiva de cada una de las disciplinas universitarias. La naturaleza de la arquitectura hace que ella no sólo no escape de esta responsabilidad sino que, vinculada a coordenadas tempo-espaciales muy concretas, condicionada siempre por circunstancias culturales y físico-espaciales, requería de la localización en ella de un centro de estudios que se constituyera en una instancia de reflexión y dialogo permanente en torno al gran tema de habitar el Norte[3].

Enfocada la arquitectura como un cuerpo de conocimiento capaz de dar una respuesta creativa a necesidades humanas de habitabilidad, relación y significación en un medio físico cultural acotado históricamente, esta escuela nació consciente de la necesidad de potenciar el estudio de la riqueza del medio geográfico y la tradición histórica de asentamientos humanos en el Norte Andino, como fuente de estímulo a la investigación de una realidad que requiere de respuestas contemporáneas inéditas [4]

b. Los determinismos geográficos e históricos

c. Compromiso de contemporaneidad

En este escenario la escuela encuentra su «NORTE» privilegiando el estudio del Medio Ambiente, en particular los vinculados con las zonas áridas. Este dominio del mundo circundante se realiza en relación al clima y los recursos (entorno físico-natural); geografía y paisaje (entorno espacial preexistente); ciudad y arquitectura (entorno construido cultural-artificial).

La naturaleza de la arquitectura hace que ella asuma la responsabilidad de examinar esta realidad desde una doble y complementaria perspectiva, vinculada por una parte, a circunstancias sociales, físicas, temporales y espaciales muy concretas y por otra, asociada a la rica tradición del pensamiento arquitectónico occidental.

Ello implica que a la experiencia directa que se asume sobre el entorno, se agregue la posibilidad de examinarlo a partir de la construcción de un marco teórico que lo aclare y explique, y permita su discusión en un ámbito arquitectónico contemporáneo. Se señala, de este modo, la necesaria dialéctica entre aproximación local y global, entre lo concreto y lo abstracto, entre lo particular y lo general, lo sensible y lo racional.

Esta estructura de contenidos apunta a cubrir paulatinamente los aspectos estructurales de la obra de arquitectura, y permiten nominar al Taller según sea el énfasis de uno u otro de estos parámetros, en el entendido que esta acotación es sólo con fines didácticos y siempre estarán presentes los otros tres[5].

Los objetivos del Taller, basados en la taxonomía de estructuras profundas de Hillier[6]: la arquitectura como respuesta a necesidades, disposición de recursos, filtro climático o de significación, adquiere en el transcurso del tiempo caracteres propios tanto de sensibilización del estudiante al espacio arquitectónico como Cobijo, Lenguaje, Recurso, Contexto y Materialización.

La escuela estructura la enseñanza de la arquitectura en base a cuatro estructura profunda[7]:

COBIJO:

Plantea como objetivo central la aproximación al objeto arquitectónico en su condición de: «Continente de actividades y filtro entre interior y medio ambiente exterior».

RECURSO:

Como «hecho material que demanda la organización física de determinados recursos». Los materiales son pensados desde el proyecto, para quedar posteriormente expuestos o a la vista.

LENGUAJE:

Como un «hecho cultural, organizado sistemáticamente que transmite significados». La aproximación al objeto arquitectónico en la posibilidad de indagar reglas para su formación y significaciones que esas operaciones formales originen.

CONTEXTO:

Que «establece relaciones diversas con el entorno en que se dispone».

A estas cuatro estructuras, que definen los cuatro talleres del ciclo básico se le sumo una quinta que es la MATERIALIZACIÓN, este es un taller nexo o articulador entre el ciclo básico y el ciclo profesional o de profundización. Es un taller integrador de las cuatro estructuras, pero además sitúa al alumno en el umbral de su rol profesional, por tanto es un momento de síntesis y cambio en el proceso metodológico. Aquí el alumno toma un proyecto anterior y lo materializa en lo que se denomina «legajo» completando el proyecto como si se fuera a construir y entrar en el proceso municipal.

El método pedagógico se define por una enseñanza por objetivos, antes que una de complejidad creciente, es un método personalizado al centrar su estrategia docente en el Taller de Arquitectura.

El trabajo docente, la investigación y extensión está marcado por la relación arquitectura, territorio, cultura y medio ambiente, integrando una red entre emplazamiento, programa de estudios e información. Esta relación a logrado que desde los valores locales que se puede aspirar lograr un valor universal y globalizado. Lo local es valorable no sólo por si mismo, sino también en su potencialidad de valor universal.

Este camino de más de 20 años ha sido fecundo en su formación docente, siempre intentando ligar o aproximar el proceso de enseñanza con la práctica arquitectónica, cuestión no fácil de conseguir. Ahora, desde que nuestros egresados están en la vida profesional, la vinculación con el medio es posible que sea mucho más fructífera.

d. Los ejercicios Integrados[8]:

Un módulo de educación integral, como los Ejercicios Integrados, que ha sido parte del currículo de la Carrera de Arquitectura de la Universidad del Norte desde 1982, resulta interesante no sólo por sus aportes pedagógicos a la enseñanza convencional de la arquitectura, sino por su propuesta educativa de carácter más global, que se podría emparentar con otras experiencias de educación integral ensayadas en campos distintos a la arquitectura. Actividades de integración como éstas involucran contenidos y lenguajes que llevan la experiencia de enseñanza-aprendizaje a un espacio mayor que el de la sala de clases, implicando una concepción de Escuela que enfatiza aspectos como la participación, la convivencia y el contacto directo con el mundo de la ciudad y el entorno natural [9].

Supone la participación de todas las disciplinas que se imparten en el semestre y su objetivo específico será orientar la comprensión de la problemática arquitectónica que plantea el Taller en cada uno de los semestres.

El Taller de Arquitectura inserto en un «currículo integrado», implica compartir como objetivo general la idea de buscar y experimentar nuevas formas de trabajo en el Taller de Arquitectura que permitan la participación creativa de los académicos que imparten docencia teórica en la carrera, dimensionando y orientando el quehacer conjunto con los profesores Arquitectos.

Se ha concebido con la intención de cumplir los siguientes objetivos:

El tiempo que dura el Ejercicio Integrado es percibido como un momento extraordinario en que, como sucede en el ritual o el mito, se suspenden las actividades habituales regidas por el tiempo cronológico.

En este marco se crea un lugar de encuentro, en el que la comunidad se reúne para compartir un hacer juntos. Su carácter de juego y fiesta pone a todos en igualdad de condiciones. Por esta atmósfera especial es posible generar modos de convivencia distintos a lo acostumbrado, que rompan la compartimentación y la rigidez impuesta por una jerarquía en las relaciones, abriendo así la interacción al conocimiento de las personas y creando la sensación de pertenecer a una comunidad, «la Escuela».

El ejercicio es una oportunidad para la comunicación entre personas pertenecientes a las diferentes generaciones y estamentos que componen una Escuela. En este contexto abrir las puertas a la participación significa romper barreras de comunicación anteriores, motivando el encuentro entre grupos diferentes para imaginar y hacer, en conjunto, una obra.

Concebido como espacio de juego y creación en que convergen distintos pensamientos y formas de hacer arquitectura, ayuda a configurar lo que algunos consideran la Escuela real.

La sustitución de las reglas académicas «normales», de exigencias preestablecidas al rendimiento individual por otras reglas, que privilegian el juego como forma de interacción en un clima de libertad de expresión, permite crear las condiciones para una experiencia pedagógica en la que domina la actitud creativa. En el juego, la expresión individual se vuelca al grupo para encontrarse allí con las expresiones de los demás. De esta interacción coloreada por la entretención, surge lo que será la obra común.

e. Las herramientas del taller, los croquis, los ejercicios e escala 1:1 y los soportes espaciales

La enseñanza de la arquitectura, presenta características similares en todas las escuelas de arquitectura de Chile, sin embargo, hay instrumentos que son utilizados de manera especial y que por lo tanto se destacan como singulares en la enseñanza de cada escuela.

Sin embargo, en el desarrollo de la docencia se han construido ejercicios que por su valor pedagógico se distinguen como propios y los cuales han marcado un estilo, una modalidad de hacer que se recupera y rediseña cada año manteniendo el valor del origen, con independencia del profesor de turno.

Así podemos destacar entre otros: el croquis, los ejercicios a escala 1:1, los soportes espaciales-ambientales, el constructo, modelos estructurales e iconos espaciales.

El croquis se entiende como la lectura espacial del lugar. Más que su confección en sí, que surge del constante repetir interesa su ejercitación como elemento de discurso de los ejercicios proyectuales. El croquis selecciona e intenciona una determinada cualidad del espacio observado y que se pone en relación.

A través del croquis el estudiante relaciona la dimensión del espacio con el territorio exterior, tanto en la observación en la ciudad como en la forma proyectada[10].

En el Taller se recurre al croquis y a sus anotaciones, en la ejercitación de este anotar, sin preocuparse mayormente de la corrección de lo que se comenta, ello asumiendo que el pensar del arquitecto se apoya en sus signos, diagramas y dibujos. Del Croquis más que su confección en sí, que surge del constante repetir interesa su ejercitación como elemento de discusión de los ejercicios proyecturales [11].

Los Ejercicios a escala 1:1 se proponen como la experiencia con la primera construcción, trabajo de percepción con el cuerpo y su entorno. Es elaborado en el exterior a la intemperie. No median los planos, se construye en el terreno mismo a través de un proceso reflexivo y constructivo, esencialmente orientado por el tanteo. La ideación de la obra toma también la observación del cuerpo humano, el trabajo propone una acción que el cuerpo descubre en la ciudad, a través de sus croquis. El ejercicio construye un interior que alberga al cuerpo, el alumno propone una imitación de una acción descubierta al interior del trabajo. Además del rol de albergar el ejercicio incorpora la luz y la sombra como protagonista del interior.

Los soportes espaciales, a diferencia de las maquetas que son representaciones de la realidad, los soportes se plantean como modelos abstractos, cuyo valor se encuentra en su condición de medio a través del cual se presenta la idea, se desenvuelve una propuesta. El soporte es detonador del proceso creativo, síntesis del análisis de las variables espaciales. ambientales y funcionales. El soporte es un diagrama tridimensional que da cuenta del proceso proyectual.

f. Los viajes de taller[12]

Los viajes de taller, están en el origen de la escuela, a propósito de la extensión, las distancias y dimensión territorial.

Los 1.340 Km., que nos separan de la ciudad-capital se podrían ver como un elemento negativo, que produce carencias de información y de acceso a la vida cultural de la gran ciudad; coloca a esta Escuela en la soledad y en el desamparo de los nutrientes habituales de los Centros Universitario; sin embargo desde aquí surgen su grandeza y fortaleza. En la presencia de los elementos naturales en plenitud y desde la pertenencia al mundo andino con todo lo que ello significa, la mirada se coloca en la desnudez de este espacio que se ilumina en las fiestas religiosas con el color, los cuerpos de los bailarines, y donde las zampoñas y quenas resuenan en las inmensidades. El área sur-andina se hace presente. La Escuela empieza a entender dónde está colocada; surgen vínculos a través de viajes de talleres, de convenios entre universidades e intercambios entre estudiantes.

«Se entiende el viaje como el acto que caracteriza nuestra forma de habitar teniendo antecedentes tanto culturales como históricos; desde el caravanear de pastores enlazando áreas lejanas de la puna andina, el constante tráfico de hombres y minerales que recorrieron pampas salitreras, hasta los constantes desplazamientos actuales entre puertos y campamentos mineros…»

Se mira a nuestro alrededor y se vislumbran sueños e historias compartidas; sin embargo muchas veces estos vínculos quedan recluidos a experiencias personales, aisladas y no resuenan en el ámbito comunitario. Esta pendiente la consolidación de nuestros lazos ya iniciados con Perú, Bolivia, Argentina, México.


[1] Hillier, Hill [1981]

[2] Broadbent, Geoffrey [1985] Un Sistema y Filosofía de enseñanza de la Arquitectura. en la Universidad de Portsmouth, Inglaterra. Ideas expuestas con ocasión del inicio de la Escuela de Arquitectura de la UCN. Resumen de Sofía Letelier.

[3] Plan de Estudios «L» 1984″, Plan de Estudios «M» 1997

[4] Op. cit (1)

[5] Plan de Estudio 1982 «J»

[6] HILLIER, Hill (1981)

[7] BROADBENT, George [ ] Introducción al Diseño Arquitectónico / Historia y Teoría de los signos Simposio de Castelldefels. Barcelona, España.

[8] Plan de Estudios 1982 «J»

[9] SCHWEITZER, Ángela. PEREZ Rowena [2000] Una mirada a los Ejercicios Integrados de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte. Una experiencia docente iniciada en 1982-1992. Proyecto FONDECYT.

[10] Illanes Hernán [1993] Taller Cobijo. En Cuadernos de Arquitectura Habitar el Norte 2-3

[11] Meneses, Rolando [1993] Taller Inicio. En Cuadernos de Arquitectura Habitar el Norte 2-3

[12] Gutiérrez, Magdalena [1996] En La Universidad Católica del Norte y el Desarrollo Regional Norte 1956-1996. Ed UCN.